Un mundo para Héctor | Reseña 03

by - marzo 07, 2017

¡Hola pequeños saltamontes! ^_^

¿Qué tal lleváis el martes? Yo lo tengo movidito... Pero bueno, no podía dejar de traeros la reseña de uno de los libros que más me han gustado de febrero.

¡Espero que le deis una oportunidad!


 


¿Qué puedo decir de la pluma de Estefanía Yepes, que no se haya dicho ya? Creo que nada.
Conocí a la autora de Un mundo para Héctor de un modo muy casual, la realidad es que se promocionaba la última novela de Lena Valenti y en la editorial hacían un pack muy llamativo con la primera novela publicada en la editorial de la nueva autora revelación, es decir, Estefanía. La trama de dicha novela me llamo la atención y decidí obtener el pack… ¡Fue todo un acierto! A día de hoy, Estefanía Yepes, es sin lugar a duda una de mis autoras favoritas.


En la historia de Héctor, la escritora, con su pluma sencilla y sutil, nos adentra en la vida de Jana; una chica de apenas veinticinco años que ha tenido que poner en una balanza su juventud, por la crianza del pequeño Héctor de tan solo tres años. A primera vista, Jana y Héctor, son una familia normal, ella trabaja en una pequeña tienda de muebles restaurados a manos y Héctor parece ser el niño más feliz del mundo con su vida de desayunos divertidos, juguetes de súper héroes, y las idas y venida de la mejor amiga de su madre Minerva, así como los cuidados y atenciones que le dan sus abuelos maternos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, puesto que hasta ahora el crío no ha pronunciado ni una sola palabra, algo que tiene en una tensión constante a Jana, como a los abuelos del pequeño. ¿Qué será lo que le ocurre a Héctor? ¿Por qué no es capaz de hablar si te entiende perfectamente? ¿Tendrá algún tipo de enfermedad? Esas son las preguntas que día tras día se hace Jana, la que día tras día, se ve más sobrepasada por la situación.

Con la ayuda de la profesora de párvulo de Héctor, una chica amble, risueña y bastante comprometida con su trabajo, Jana consigue una cita con Martín, subdirector y psicólogo del centro donde está estudiando el pequeño, el cual accede sin dudarlo ni un segundo a tratar el tema del mutismo del chico. Pero hay un problema, Jana y Martín chocan a las primeras de cambio, por alguna razón, pese a la atracción física que siente Jana hacía el actual psicólogo de su hijo, la actitud arrogante, presuntuosa y en ocasiones antipáticas de Martín la pone realmente enferma, llegando a causar enfrentamientos realmente conflictivos tanto para ella, como para la terapia de Héctor.

Poco a poco la situación se va haciendo más insoportable. Minerva, mejor amiga de Jana, así como una cabra loca, le insiste en que debe de salir, ya que la última vez que salió con ella conoció a un chico muy llamativo con el que sintió una química especial; Jana por supuesto, se resiste un poco, pero sabe que necesita liberar la tensión que le causa el problema de su hijo, así como las constantes pucha de su madre, sin contar los enfrentamientos que tiene con Martín, cada vez que se cruzan en las sesiones de Héctor. Por esa misma razón accede y terminan en un bar de copa, donde Minerva, con sus “malas artes” ha contactado con el chico misterioso del karaoke… Que para sorpresa de las chicas, no es nada más, ni nada menos que ¡Martín el psicólogo! Eso era algo que no se esperaban ninguno de los dos, pero que no se puede negar que la atracción sexual que sienten ambos es bastante fuerte, y en ocasiones casi insoportable de llevar.

A través de los capítulos se nos van desplegando problemas casi imposibles de solventar: como la tensión no resuelta entre Martín y Jana, o las constantes segundas intenciones de la madre de está, sin contar la insistencia de Minerva de que viva un poco más; pero sin duda la más lejana e insoportable, es la idea de que pese a la terapia, Héctor parece que no avanza en ninguna dirección, en todo caso, a veces incluso parece más distante que antes.


También se presenta un personaje verdaderamente significativo: Sandra. En apariencia, una amiga más de Jana, Sandra parece una chica madura, sensata y con carácter que le da los consejos adecuados en las situaciones adecuadas. Sin embargo, poco a poco nos vamos dando cuenta, que esta amiga está en un plano diferente a la realidad… Como si fuese un recuerdo. Un velo de auténtico misterio rodea a esta chica de la que no conocemos nada, solo aquello que la autora nos deja ver, con cuenta gotas.

Definitivamente la tensión sexual, entre los protagonista, explota una noche en la que Martín se presenta en el piso de Jana abusando de su poder como subdirector y buscando su dirección. Bajo el erotismo sutil, sencillo y romántico de Estefanía, terminamos conociendo a los personajes por sus acciones y no por la forma que tienen de estar en la cama, algo que halago infinitamente, puesto que actualmente nos bombardean con novelas eróticas cargadas de situaciones que en ocasiones son obscenas y nada llamativas.

Está primera parte del libro, termina en una situación tensa y dramática, que me ha hecho tener que tomarme un respiro antes de ponerme con la segunda parte, puesto que me he sentido en muchas partes identificada con Jana… Tengo sobrinos pequeños, de hecho la más pequeña, tienen la edad de Héctor y en muchas ocasiones me imaginado en la piel de Jana, y tengo que decir que se me cogía un nudo en el estómago no muy agradable. Por esta misma razón, te doy las gracias, pues tus historias llegan de pleno al corazón.

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2 comentarios

  1. ¡Hola! Me ha gustado mucho tu reseña ;-) me lo apunto para mis próximas lecturas.

    Un beso!

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    Respuestas
    1. ¡Hola, guapa! ^_^
      La verdad, es que es una lectura preciosa, y quiero leerme su segunda parte que la tengo en la estantería... Pero me da miedo al mismo tiempo, porque te metes de lleno en su mundo y a veces sufres xDDDD
      Gracias por pasarte <3
      Besoos!!

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